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Era un nuevo día y la luz del sol se coló a través de las cortinas del cuarto de Arthur, quien se encontraba realizando el aseo de su habitación, cuando de pronto, descubrió dicho boletín lleno de polvo y telarañas, con pequeños agujeros que impedían realizar una lectura imperiosa. Al terminar de leerlo, por un momento un frío espeluznante recorrió su cuerpo y empapado por el sudor, corre desesperadamente por los pasillos de su casa en busca del calor de su madre, pero es inútil; solo se encuentra con aquel boletín y algunas fotografías de su madre. Así, aquel día se tornó de incertidumbres hasta caer la noche; posteriormente, se recostó en su cama tratando de encontrar el sosiego que tanto necesitaba, de pronto, cayó en un sueño profundo. Acompañado de una noche gélida y abrumante, un estruendo sacudió su habitación y las sensaciones de miedo y angustia terminaron por despertarlo; en realidad estaba siendo partícipe de una terrible pesadilla, pues se trataba del trágico accidente ocurrido hace aproximadamente ocho años.

Ante esto, lo mejor que podría hacer es: