Frené el auto, no resisto más escuchar y ver cómo sufre mi pequeño, no sé qué pase más adelante, esta podría ser la última vez que lo abrace.
Desabroché el cinturón del pequeño y lo abracé sobre mi pecho, tan fuerte como un último abrazo, antes de separarnos por completo.
Besar su cabecita y sentir su aroma a bebé fresco todavía, me hace recobrar la fe de que todo estará bien.
SARA
Es peligroso que lo hagas.
SAÚL
Da igual, este podría ser nuestro último abrazo. Cárgalo tu igual.
Sara está espantada con la idea de abrazarlo, pero no lo piensa tanto y decide apapacharlo con lágrimas en sus ojos.
Su llanto que se ha guardado todo este tiempo, al fin lo está soltando, los dos caímos de cuenta que ya no podremos seguir con él, no importa cuánto luchemos.
Tardó en calmarse, pero verlos juntos por última vez, valió la pena.
SAÚL
Dáselo a mi Mamá igual, por favor.
SARA: Coño, hace 1 hora que la Madre de Saúl murió, pero no le había dicho por miedo, ¿ahora qué hago?
Escrito por: Edson Yared Aguilar Rodríguez
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