Chapter 1: Un viaje divergente

Un joven llega a un centro de realidad virtual donde se recrea obras literarias, con curiosidad decide adentrarse en ese nuevo mundo.


Centro de literatura virtual

Eran las tres de la tarde y un joven se encontraba en la última clase de piano que recibía en el instituto de música, se levantó de la silla en la que se encontraba, se dirigió a los casilleros, tomó sus pertenencias, se despidió de su maestro y se dirigió a la puerta de salida, allí se detuvo un instante a pensar en una nueva ocupación, tenía en mente averiguar sobre algún curso de pintura, puesto que ya había terminado los estudios superiores y se encontraba en un año sabático. Decidió dar un paseo por las calles para averiguar sobre algún curso o taller que pueda ser de su interés.

Llevaba caminando diez minutos por la Avenida Central en busca de algún letrero que llamara su atención, no encontraba mas que cursos de idiomas, manualidades y otras opciones que no estaban en sus planes, se detuvo en una tienda, compró un cigarrillo y retomó su camino, a pocos metros observó un letrero que decía:

Centro de literatura virtual: vive la lectura

El título le pareció un poco novedoso, aunque sus conocimientos en literatura se limitaban a unos cuantos nombres de clásicos que vagamente se estudian en la secundaria, optó por acercarse y preguntar. Ya en la puerta principal paseaba la mirada por el interior del salón mientras terminaba el cigarrillo. Era un salón amplio que abarcaba nueve cabinas de cristal distribuidas en grupos de tres, cuyo interior permanecía oculto por unas cortinas color gris. Permaneció dubitativo con la mirada fija en el interior y una voz interrumpió sus pensamientos.

­—Buenas tardes, joven, pase si gusta.

Dirigió la mirada a su derecha para descubrir quien le habló; se trataba de la propietaria del local, una joven que vestía formalmente de negro y se encontraba sentada tras un escritorio, atenta a los movimientos del joven.

—Buenas tardes, —respondió él—, pasaba por aquí y me llamó la atención el título del letrero, me gustaría saber un poco, ya que esto es nuevo para mí.

—Adelante, venga y le comento sobre este centro virtual de entretenimiento para lectores.

—Bueno, gracias.

Él entró dispuesto a obtener información; ella agarró un folleto y se levantó del escritorio para responder a las preguntas de su cliente, ya que en ese momento era el único y podía indagar con detalles.

—Bienvenido, mi nombre es Esther.

—Gracias, me llamo Mario. Me gustaría saber de qué trata este centro de literatura virtual. ¿Es una nueva especie de biblioteca o algo por el estilo?

—En efecto —repuso ella—, se asemeja mucho a una biblioteca, sin embargo, aquí no encontrará enciclopedias o fuentes de información académica; porque solo nos enfocamos en lecturas de entretenimiento, se podría decir que es una nueva modalidad de leer, o mejor dicho de interactuar con la literatura. Aquí únicamente encontrará tres secciones: Infantil, cuentos y novelas. Como usted sabrá, existen muchas plataformas que se utilizan para la lectura, como por ejemplo los libro-juegos donde ya no existe una trama lineal y uno elige lo que quiere leer, y en cierto sentido es interesante sentirse parte de la historia.

—Sí, conozco algo de eso, en la universidad aprendí un poco sobre textos multimedia, trasmedia y ficción interactiva.

—Entonces, me comprenderá muy bien el resto que voy a explicar —dijo ella.

—Efectivamente, aunque no estoy totalmente enterado como usted, pero continúe.

—En este centro virtual para lectores se va mas allá de lo que he explicado. Hemos trabajado por cinco años con un equipo de profesionales expertos en realidad virtual, y los resultados han sido fantásticos, se logró crear un sistema de interacción directa con la trama de las novelas y cuentos.

—¿Casi igual a lo que mencionó de los libro-juegos? —inquirió Mario.

—No, esto es un poco mas real, usted tiene la oportunidad de estar dentro de la trama y conocer a los personajes, el escenario y todo el contexto donde se desarrolla la historia, en otras palabras, la vive directamente, es una experiencia que la tecnología ha permitido crear, por supuesto en base a una simulación virtual.

—¿En ese caso puedo presenciar directamente todo lo que acontece en la trama de las obras?

—Precisamente, al usted estar dentro de la recreación virtual, aparecerá como un personaje más y a diferencia de los libro-juegos que mencioné, en este sistema usted puede observar con detalles,  recorrer los escenarios y  ver cómo transcurre la acción.  Para todo me gustaría invitarlo a experimentar.

—Parece una manera muy novedosa, sin embargo, me gustaría conocer el funcionamiento primero.

—Claro que sí, venga conmigo, le mostraré el interior de las cabinas.

Esther y Mario caminaron en dirección a las cabinas de cuentos, ella se detuvo en la primera, deslizó la puerta corrediza de cristal y dijo:

—Este es el interior de la cabina, como puede observar al igual que esta, todas son iguales y constan de los mismos elementos, lo que varía es la sección.

A Mario no le pareció nada de otro mundo; las cabinas constaban de un sillón alfombrado, unas gafas de realidad virtual, unos guantes metálicos; el derecho con una pequeña pantalla incrustada a manera de reloj, y un par de botas, también metálicas, todo conectado a la parte inferior de una pantalla, donde se mostraban algunos títulos de cuentos y escritores.

—Yo me imaginaba un sistema más complejo —repuso Mario—, pensé que se trataba de una máquina con rayos X o algo por el estilo.

—No, de ninguna manera —contestó Esther—, este es un sistema que funciona por medio de sensores de movimiento: las gafas permiten visualizar el escenario; los guantes y botas, dan la sensación de movimiento dentro de las escenas y paisajes.

—En realidad muy sorprendente. Me gustaría adentrarme en una historia, el problema radica en que no conozco mucho sobre literatura, ni sabría qué cuento elegir para vivirlo virtualmente.

—No es un inconveniente, puedo orientarlo o sugerirle en base a mi experiencia y conocimiento en obras y escritores.

—Muy agradecido, Esther. ¿Cuál es el precio por entrar en la aventura?

—Como hemos abierto hoy y usted ha sido la primera persona en acercarse puedo darle una prueba gratis, siempre y cuando me ayude con un poco de publicidad.

—¿En serio? —dijo Mario sorprendido.

—Sí, es en serio —respondió ella sonriente—. Ahora dígame qué tipo de aventura le gustaría experimentar.

—Veamos…, me gustaría un cuento corto.

—¡Excelente! —repuso Esther—, tengo varios en mente, pero antes me gustaría explicarle las reglas.

La propietaria del centro virtual abrió el folleto que llevaba en sus manos, pasó unas cuantas páginas y manifestó:

  • Usted puede vivir la historia como espectador, actor

  • Dentro de la realidad virtual aparecerá con un dispositivo en su mano derecha; este consta de una pantalla donde podrá desplegar el menú, ahí encontrará las siguientes opciones:

  • Modo de interacción: espectador - actor

  • Lista de obras y escritores

  • Si elige estar de espectador, verá como transcurre la historia tal cual se escribió; todo desde un plano superior.

  • Si elige estar de actor podrá acercarse a los personajes y recorrer los escenarios junto a ellos y estar inmerso en el medio mientras dura la simulación.

  • Usted puede cambiar el modo de interacción en cualquier momento, simplemente con presionar las opciones de su dispositivo.

  • La programación de la realidad virtual se estipula bajo tiempo, siendo imposible salirse antes del programado.

  • Si la historia que eligió no es de su agrado, en el menú de obras y escritores puede saltar a otra historia que se encuentre dentro de la misma categoría: ya sea cuento o novela.

Esther terminó de leer las reglas y lanzó una mirada interrogativa hacia Mario y este repuso:

—Perfecto, me ha quedado todo muy claro. Ahora dígame las opciones que tiene en mente.

—Muy bien —manifestó Esther—. Le sugiero las siguientes: La mujer del boticario de Antón Chéjov y El corazón delator de Edgar Allan Poe.

—Gracias —contestó Mario.

—Mientras usted decide puede ingresar a la cabina y preparase.

Mario estaba un poco nervioso por la nueva experiencia que iba a vivir, no sabía con exactitud a qué se enfrentaría dentro de la realidad virtual. Ingresó al interior de la cabina, tomó asiento y dijo:

—Espero no salir asustado dentro de unos minutos.

—Le aseguro que no —dijo Esther—, es un cuento corto y disfrutará mucho la experiencia; la he vivido tanto como espectadora y actora. Ahora colóquese las botas, luego los guantes y por último el casco.

El joven obedeció y de inmediato se colocó el equipaje.

—Estoy listo —repuso.

Las manos de Esther tecleaban la pantalla táctil para programar las opciones que había sugerido, cuando todo estuvo listo dijo:

—En la pantalla puede ver los títulos, en cuanto usted se decida puede dar inicio y dentro de unos segundos será como estar en una película en 3D. Disfrute su experiencia. Ahora me retiro.

—Gracias nuevamente —dijo Mario.

La propietaria deslizó la puerta corrediza y dejó a Mario dentro de la cabina. El joven permaneció un instante dubitativo analizando las opciones que tenía en frente. Extendió su mano derecha hacia la pantalla y eligió.

 

 

La mujer del boticario de Antón Chéjov
El corazón delator de Edgar Allan Poe.
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