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Capítulo 1: Mañana entre raíles

Un día cualquiera en la vida de Clark Kent, no empieza como el común de los mortales. El Hombre de Acero se verá envuelto en un situación crítica tras un accidente en el ferrocarril interurbano.


Metrópolis 6 a.m.

Un molesto rayo de luz atraviesa las cortinas. El despertador, como cada día suena a la misma hora. La verdad es que no sabes exactamente para qué lo usas. Tienes el don de oír todo lo que hay a tu alrededor. Necesitas estar enormemente cansado para dormir unas horas. Sabes que eres alguien muy especial y no te hace falta descansar como el resto de la humanidad. Abres los ojos lentamente, mientras dejas caer un suspiro. No hace ni tres horas que has llegado a casa después de una ajetreada noche en Gotham. Siempre Gotham... 

Te incorporas de la cama, pero te das cuenta que estas sólo. ¿Y Lois? Normalmente ella suele pasar más tiempo entre las sábanas. Hueles a café recién hecho a unos metros de tu posición y como si fueras un imán, te dejas atraer por el olor. Para no estropear la sorpresa de verla en la cocina, no usas tu visión de rayos X, y avanzas por el pasillo con los ojos cerrados, pero al llegar junto a la encimera, no hay café. Abres los ojos y ves que la cafetera aún está caliente. Justo encima de la encimera ves una nota que dice lo siguiente:

"Smallville, lo siento, pero he tenido que salir urgentemente. Me han llamado de Washington. Papá ha sufrido un infarto. Te llamó en cuanto sepa algo. Te quiero. PD: Acabo de dejarte el café hecho".

El general Lane padecía de problemas coronarios desde hacía años, pero nunca había tenido ni un amago de infarto. Era algo extraño. Pensaste en llamarla, pero en ese momento un pitido intenso te hizo cambiar de idea. Un sonido agudo y chirriante indicaba que algo no iba bien. Entonces escuchaste varios gritos y no muy lejos de tu apartamento. Agudizaste tu oído para intentar averiguar qué era. Parecían ruedas de tren. ¡El interurbano estaba en peligro!

Rápidamente tu cuerpo entró en supervelocidad. Notaste ese cambió interior que hace que todo vaya más despacio, como si el mundo se detuviese ante tus movimientos, cuando en realidad, todo gira enormemente más rápido e intenso que en tu visión. Llegaste a tu habitación, tomaste el traje que estaba colgado en la silla que había junto a la ventana e iniciaste un nuevo día. Mientras en tu cabeza no dejaba de darle vueltas al tema del general Lane. Subiste a lo más alto de la ciudad, contemplando una nuevo amanecer, mientras te dejabas guiar por el sonido que habías escuchado antes. 

¡El tren estaba a medio kilómetro de tu posición! Dirigiste la mirada hacia el lugar y pudiste comprobar que estaba a punto de descarrilar. Inmediatamente tu mente se puso en marcha y dirigió todo cuerpo hacia el lugar indicado por tu oído. 

El segundo vagón del interurbano, había perdido parte de las ruedas e iba zigzagueando, lo que estaba provocando que todo el convoy temblara y comenzara a descarrilarse. El tren se encontraba sobre las vías que cruzaban parte del barrio de Barkerline. Sí llegaba a descarrilar podría ser una auténtica masacre, pues era hora punta. Justo debajo de aquellas vigas pasaba una de las arterias principales de Metrópolis. Cientos de vehículos formaban una interminable cola a primera hora de la mañana. 

El maquinista hacia señas desde la cabina principal, completamente descompuesto. Apenas te dio tiempo a observarlo. Tenías que tomar una decisión en décimas de segundo. O bien podías intentar detener el tren desde la parte frontal o por el contrario, intentar levantar el convoy desde la parte superior para después posarlo en una zona segura. ¿Qué opción tomarías?

Ir a la parte frontal del tren
Levantar el convoy
Suma cosas del nodo: 999999 - [[999999]] - 0